¿Qué es la menopausia?

¿Qué es el climaterio y la menopausia?

El climaterio es el periodo de transición en la vida de una mujer que va, desde la etapa reproductiva, hasta la no reproductiva. En este tiempo, se presentan un conjunto de fenómenos que acompañan al cese de la función ovárica de la mujer. También se le denomina perimenopausia y abarca, aproximadamente, desde un año antes, hasta otro después de la menopausia. La función ovárica va cesando de una manera progresiva y paulatina, a la par que disminuye la producción de hormonas sexuales: estrógenos y progestágenos, y se pone de manifiesto por una serie de síntomas ligados a esa deficiencia hormonal. Estos síntomas son muy variables de unas mujeres a otras y afectan en mayor o menor grado su bienestar físico y psíquico.

Se denomina menopausia al cese permanente de la menstruación. Se considera que se ha producido la menopausia, cuando una mujer lleva 12 meses consecutivos sin menstruación, sin que haya una causa patológica que la haya producido. Actualmente, la edad media de presentación se establece en 48,5 años, con un intervalo normal de 4 años antes o después (es decir de los 44,5 a los 52,5 años).

En el ciclo menstrual de una mujer joven, se alternan los niveles de las hormonas sexuales, estrógenos y progestágenos, según el momento del ciclo, predominando los estrógenos tras la menstruación, hasta la ovulación, y los progestágenos en la segunda mitad del ciclo menstrual.

La menopausia natural es consecuencia del cese de la actividad del ovario, es progresivo, y produce una disminución de los niveles de hormonas sexuales en el organismo. Al comienzo, la disminución de los estrógenos da lugar a ciclos menstruales más cortos, y posteriormente, las modificaciones en los niveles hormonales hace que unos ciclos menstruales se acompañen de ovulación y otros no. Cuando los ciclos son anovulatorios, no se produce progesterona, por lo que predominan los estrógenos y pueden ocasionarse menstruaciones más largas y abundantes, lo que se conoce como hipermenorrea.

A medida que avanza el tiempo cesa la actividad de los ovarios y se instaura la menopausia.

¿Qué signos y síntomas se producen durante la menopausia?

Los síntomas relacionados directamente con la menopausia, como consecuencia del descenso de los estrógenos, son los sofocos y la sudoración (síntomas vasomotores), y la atrofia de la región genital y urinaria. Otros síntomas que se han asociado con este periodo de la vida de la mujer son la incontinencia urinaria, las infecciones urinarias repetidas, depresión, insomnio, pérdida de memoria, disminución del deseo sexual y dolores musculares, entre otros, aunque en la mayoría de ellos no existe una relación directa con la menopausia, y por tanto dependen de otros factores en cada mujer.

Existe una gran variabilidad en la frecuencia, intensidad y modo en que se presentan los síntomas en las mujeres menopáusicas.

  1. Síntomas vasomotores. Las crisis vasomotoras, generalmente conocidas como sofocos o bochornos, son el síntoma más frecuente de la menopausia. Afectan a alrededor del 60-80% de las mujeres, sobre todo, en los 2 primeros años de la menopausia y pueden durar hasta unos 5 años después. Se caracterizan por un súbito enrojecimiento de la cara, cuello y pecho, con aumento de la temperatura y sudoración. La duración y frecuencia de los sofocos varía mucho de unas mujeres a otras.
  2. Atrofia genitourinaria. Los síntomas que afectan al área urogenital y que se han relacionado con la menopausia son: síntomas vaginales (sequedad, prurito, dolor en el coito o sangrado postcoital) asociados a la atrofia vaginal, incontinencia urinaria e infecciones urinarias repetidas.
  3. Aunque se ha relacionado con la menopausia, una gran variedad de síntomas psicológicos, como la depresión, los trastornos afectivos, la disminución del deseo sexual o  la pérdida de memoria, en realidad se ha demostrado que se deben a otras causas.
  4. Enfermedad cardiovascular. Las hormonas femeninas se ha demostrado que tienen un efecto protector del sistema cardiovascular, que desaparece con la menopausia, lo que aumenta el riesgo de hipertensión o infarto, entre otros.
  5. Osteoporosis. Después de la menopausia hay una pérdida acelerada de la densidad de masa ósea, que se traduce en un aumento del riesgo de osteoporosis y, consecuentemente, del riesgo de fracturas.

Recomendaciones y tratamiento

Como hemos visto, el climaterio y la menopausia comprenden un periodo normal y fisiológico en la vida de la mujer que, por tanto, en general no requiere ningún tratamiento. Cuando los síntomas y la frecuencia e intensidad de los mismos afectan a la vida normal de una mujer, existen distintas posibilidades de tratamiento, según cada síntoma.

La utilización de las hormonas sexuales femeninas está siendo una de las posibilidades de tratamiento más utilizadas y que más discusión han generado por alguno de los riesgos y efectos secundarios que producen.

La terapia hormonal de estrógenos, con o sin gestágenos, es eficaz para el control de los síntomas vasomotores, reduciendo la frecuencia e intensidad de los sofocos. Los estrógenos, solos o asociados a gestágenos, han demostrado ser eficaces en el tratamiento de los síntomas vaginales, siendo mayor la eficacia y con menores riesgos y efectos secundarios, si se utilizan por vía vaginal en forma de cremas, supositorios, óvulos o anillos.

En el tratamiento de la incontinencia urinaria, la primera medida es la realización de ejercicios para fortalecer la musculatura pélvica, además de estudiar y, tratar si es el caso, otros problemas asociados, como es la existencia de infección urinaria. El tratamiento hormonal en la incontinencia urinaria es controvertido en este momento.

Todavía no se conoce con seguridad la relación de la menopausia con la infección urinaria repetida, aunque hay factores que se presentan en la menopausia y que pueden favorecerlas, como el adelgazamiento del epitelio urogenital y el aumento del pH vaginal.

Teniendo en cuenta la importancia de los riesgos y efectos secundarios asociados a la terapia hormonal, exige el estudio médico detallado, análisis de sangre y control ginecológico de mamas y útero, así como el seguimiento durante el tiempo de mantenimiento del tratamiento.

La identificación en algunos vegetales (legumbres, cereales, soja) de los llamados fitoestrógenos (por ejemplo la isoflavona) ha puesto de moda el consumo de estos productos con un potencial uso beneficioso en la menopausia, sin embargo, los estudios existentes no han podido demostrar científicamente la eficacia en el control de los síntomas de la menopausia.

Muchos de los síntomas que se presentan durante el climaterio están asociados a otros factores relacionados con la alimentación, el ejercicio físico y los estilos de vida, sobre los que se puede actuar y que pueden mejorar notablemente la calidad de vida de la mujer. Así, la realización de ejercicio físico moderado (45 minutos tres veces a la semana como mínimo), una alimentación equilibrada y rica en calcio (leche y derivados), y el control del peso, se han demostrado de gran importancia para evitar la osteoporosis.

Otras recomendaciones de gran importancia son: el abandono del consumo de tabaco en el caso de mujeres fumadoras, el control de los niveles de colesterol y glucosa en la sangre, y de la tensión arterial.

¿Cuáles son los riesgos de la Terapia Hormonal?

La terapia hormonal sustitutiva, como todo tratamiento hormonal, tiene efectos secundarios, lo que ha generado gran controversia en los últimos años acerca de su uso. Los más importantes son:

  • El riesgo de Cáncer de mama. La mayoría de los estudios han encontrado un aumento de la incidencia de cáncer de mama en mujeres con tratamiento hormonal sustitutivo en la menopausia, durante más de 5 años. Las mujeres con tratamiento hormonal tienen, a los 5 años de tratamiento, 2 casos más de cáncer por cada 1000 mujeres, y 6 casos más por 1000 mujeres, si el tiempo de uso de la terapia hormonal es de 10 años. Este riesgo, prácticamente, desaparece a los 5 años de suspender el tratamiento.
  • Cáncer de endometrio (cáncer útero). Existe un aumento del riesgo de cáncer de endometrio en los casos de tratamientos con estrógenos, pero no se ha demostrado en los tratamientos que combinan estrógenos y progestágenos.
  • Litiasis Biliar (piedras en la vesícula biliar). Los estrógenos producen aumento de la concentración de colesterol en la bilis, y aumento del riesgo de litiasis biliar.
  • Tromboembolismo venoso.

Entre los efectos secundarios que puede producir la terapia hormonal en la menopausia está:

  • El sangrado, que depende del tipo de tratamiento hormonal, y que debe de controlarse según el tipo de tratamiento para ajustar las dosis y mantener su presentación cíclica.
  • Náuseas, cefaleas, dolores gástricos o en las mamas. Son síntomas relacionados con los estrógenos y que habitualmente mejoran al bajar su dosis.
  • Síndrome premenstrual (hinchazón abdominal, mastalgia…) antes del sangrado y que puede controlarse cambiando la pauta de tratamiento.
  • Depresión, nerviosismo. Están relacionados con la Progesterona. Se evitan con la disminución de las dosis o cambiando a Progesterona micronizada oral. Si la depresión persiste más de 12 meses, se pautará tratamiento antidepresivo o se considerará la supresión de la terapia hormonal.
  • Irritación cutánea en la zona de aplicación de los parches. Se puede evitar agitando el parche antes de colocarlo para que se evapore el alcohol, utilizar una crema de hidrocortisona en la zona de aplicación del parche o cambiando a tratamiento oral.
  • Aumento de peso. No existen evidencias que demuestren diferencias de peso entre las mujeres que utilizan la terapia hormonal  con respecto a placebo.

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